domingo, 19 de abril de 2009

Cada vez que llega abril no puedo evitar hacer un balance. No es que quiera, realmente no lo puedo evitar. Abril tiene muchas aristas, algunas mejores que otras. Tiene fechas y aniversarios que marcaron una diferencia algún año anterior y sobre todo, mi cumpleaños. Es inevitable revolver entre los doce meses caducados e intentar descifrar, de alguna manera, si me estoy volviendo más sabia o solamente más vieja. Estúpida capacidad de reflexión, a veces quisiera ser más plana.
Este año me sorprendí al darme cuenta que realmente, no tengo nada de que quejarme. Si, cumplo 22 años sin carrera universitaria, sin novio, sin trabajo. Pero feliz.
Me acordé de abriles anteriores con ingredientes por lejos más telenovelescos y traumáticos, y solamente puedo pensar que si algo cambió realmente en el curso de este año es que despues de muchisimo tiempo, ya no vivo en función de otra persona. De ninguna. Y no pasa por aires de superación, sino por independencia a otros niveles. Mi felicidad empezó el dia que decidí dejar de romperme las pelotas y disfrutar de las cosas como soy. Ni mejor, ni peor, ni más linda, ni más fea, ni más inteligente, ni más tonta. Como soy. Disfrutando las cursilerías del Motown, haciendo air guitar, mirando películas que a todo el mundo le parecen ñoñas.
Y saber, años después en algún nivel inconsciente que soy bastante más fuerte de lo que pensé que era, y que superé cosas que a la distancia, parecian imposibles. Y asi, de a poco, y con poco, me doy cuenta que no soy tan infeliz como pensaba y que no tengo nada de que quejarme. Porque por la senda que voy, es más difícil que se vuelva real mi miedo de despertarme a los 40 años y darme cuenta que no hice nada con mi vida. Todo lo contrario; a este ritmo cada vez tengo más cosas encima de las cuales algo, por más intrascendente que parezca aprendí. Cada cerveza que tomo con amigos, cada vez que comparto la cama, cda vez que pienso en viajar, cada vez que odio a alguien por no ser lo que esperaba, cada vez que escucho una canción nueva que me gusta, cada texto que escribo, cada vez que me abro e indefectiblemente me vuelvo a cerrar, todas esas pequeñas cosas hoy por hoy me dejan ser feliz aun cuando estoy sola.
Y si esto no es felicidad, asumo que debe ser muy parecido a esto.

Feliz cumpleaños a mi.

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