Más de una vez escribi sobre lo difícil que es vivir de a dos. Hermoso, si. Dificil, tambien.
Pero lo más dificil, challenging por donde se lo mire, complicado, aturdidor, molesto e increíblemente gratificante es dejar de vivir en función de otro.
Querer un otro porque complementa, no porque necesariamente completa.
Y aun en dias como hoy donde todo se pone de acuerdo para recordarte, inexorablemente, que estas sola y que esos que alguna vez fueron parte de tu suma no lo están, no está tan mal.
Nunca está tan mal.
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